29 de noviembre de 2013

"Mentir con el silencio"


Hay algo hacia lo que sientes una aversión indescriptible: la mentira. La gente tiene la costumbre de mentir y de ocultar cosas -para ti la omisión es una mentira más- con demasiada frecuencia; pero tú has desarrollado un olfato singular a base de recibir palos y, por supuesto, de ser premiado con la mentira siempre que has puesto por delante tu sinceridad. Seguro que mucha más gente se siente como tú, pero no lo dice: ¿para qué reconocer que tal persona te ha decepcionado? El silencio, el puto silencio, el disimulo, el aparentar una cosa y ser la contraria, el decir algo y hacer lo contrario, el fingir para satisfacer al otro, el disimular para que no parezca que..., que no pillen que...; hasta que el negocio se rompa es un ejercicio de alta interpretación, solo que tú, en fin... a ti el teatro y la teatralidad; anda que no lo ves claro. Lo ojos delatan, o la gente se los saca o el mentiroso que no sepa controlar su mirada se delata, hasta en el silencio: ¿no dicen que el que calla otorga? ¡Qué cabrón el que lo dijo, porque sabía de la traición de la mentira con el silencio un rato largo! Pero... es igual, ese señor también bastante borde llamado tiempo da mucho juego y saca a flote esa mentira; todo se nota, todo se delata, todo se rompe, todo sale... Y tú, ahí, en una silla, esperando el momento de ver esa cara, esas caras, después de su mentira... que no son un triunfo. Lo dijo aquel detective de Los Ángeles: "lo supe la segunda vez que me crucé con Usted".  Y entonces, cuando sea evidente que todo ese tinglado es la mentira con el silencio, simplemente dirás adiós.

28 de noviembre de 2013

"Bebiendo pesticida"


Para Melissa, que dio la idea.
 
"Te aseguro que yo, cuando siento mariposas en el estómago, lo arreglo bebiendo pesticida", te dijo ella, que además es farmacéutica y posiblemente si la hubieras escuchado, en lugar de leído, lo habría expresado con un dulce acento canario, cargado de su sentido del humor. Tú, en ese instante pensaste: "pues oye..., tiene razón esta mujer; total, para una vez que te aparecen en la vida esas mariposas, encima vas lo pasas mal...". Lo peor de eso, ahora, es que aunque un día prometiste que no (envejecerías ni madurarías ni te tomarías nada en serio) en breve cumples años y notas como que, en ti, hay una serenidad o sensatez o raciocinio que antes no tenías y, claro, dudas si el pesticida ese es J&B u otra marca. Igual debes preguntarle... Pesticida, lo que se dice pesticida, pues como que no, porque no estamos en tiempos de Larra y sabes que habrá más gente en el mundo que esa persona. Quizás Melissa, insistes, que al fin y al cabo es farmacéutica como se ha dicho, te pueda recetar algo: eso sí, la última vez a Fran y a ti os dijo, ni corta ni perezosa: "Vosotros con Ibuprofeno vais que chutáis" y, obvio, ir hasta La Laguna a por ibuprofeno pues como que no... pero un pesticida de esos... eso ya... A ver, centrando eso que quieres decir -si es que lo dices-: ¡hay que ver lo jodido que es sentir las mariposas en el estómago!; o sea, que vas por ahí, sea donde sea, tu mirada se cruza con la mirada de alguien y... como el alguien te haga padecer... Tampoco le vas a dar la alegría a nadie de beber pesticida; mejor que eso te haces relevante -no famosill@, que ir pa'na es tontería: r-e-l-e-v-a-n-t-e...-  y cuando vea lo que se ha perdido, que rabie. En fin, que ya no estás para esos trotes. Decía Lope de Vega -otro sagitario más...- que quien lo probó, lo sabe. Así que mientras que aparecen de nuevo las mariposas -o se centran las de ahora- vas a ir haciendo una profilaxis con pesticida... de la marca que sea.

27 de noviembre de 2013

"Esa primera vez..."


A ti, que ojalá pongas tu nombre a esta historia...

La primera vez que la viste te causó tal impresión que sentiste algo extraño que te subió desde el estómago hasta los ojos; lo confiesas a veces, diciendo que fue la primera vez que te pasó: pese a no ser ya quinceañero lo sentiste y la vida puso a esa persona en tu camino. Te pilla desentrenado, fue la impresión inmediata que te invadió. De repente quisiste saberlo todo, empaparte de todo cuando es suyo y hace que sea especial. Hay gente que dice que eso es un flechazo, pero tú piensas que la vida hace las cosas -caprichosamente- por algo... Tú sufres, también lo dices, porque es mucho -¿aún?- lo que os separa, como todo al principio -cuando empiezas una novela todo te separa del final-, pero es el paso del tiempo lo que os une, incluso ese silencio que se cierne entre ambos o que ambos generáis tantas veces: la vida os puso frente a frente -face to face- por algo, sino... ¿de verdad os habríais conocido? ¿Qué probabilidad de ello habría?  Tú te sientes tan afortunado que quieres que todo sea la enormidad de la vida, que está compuesta de esa y de esas personas. Pero recuerdas con sonrisa y con cariño y con ternura y con ilusión esa primera vez... que tus ojos se fijaron en sus ojos.

26 de noviembre de 2013

Reflexión sobre otras violencias de género


A luz saltan la muertes producidas por la violencia de género, pero en silencio quedan muchos más casos y en silencio quedan otros tipos de violencia entre y hacia las personas. Creo, sinceramente, como educador, que debemos lanzar una mirada sobre ellas y, además, intentar poner fin a todo eso... Apenas hablamos de la violencia sicológica que es, si me apuran y salvando las distancias, la más grave: los insultos, los menosprecios, la destrucción de la autoestima; todo ello suele ser el inicio de lo que vendrá después. Es complejo observar cómo adolescentes de 16 o 17 años sufren ese tipo de violencia por parte de los nuevos machistas que, atiendan, nacieron a partir de los años noventa del siglo XX: "¿Por qué te pones así?", ¿Por qué has quedado con tal o con cual a tomar un café?", "¿Por qué te has sentado junto a... en la cena?"; estas serían un prototipo de preguntas que desencadenan una discusión y, pese a la corta edad en experiencia vital, algún desgraciado golpe también. Muchas veces es un reflejo de lo que se ve en casa -lo he comprobado mientras he sido tutor en institutos-, pero otras no necesariamente y ahí es en donde la Educación debe poner su grano de arena.
 
Siempre he puesto como ejemplo que hay chicas jóvenes que fían el cambio de comportamiento al momento en que se dé el paso entre el noviazgo y la vida en pareja. Error: el maltratador, generalmente -salvo con ayuda especializada y debería confirmar eso con datos estadísticos-, no cambia. La única solución que le veo, por ahora, es darle al tipo la patada (que la chica corte y se aleje de él). Una relación de pareja, tengo para mí, consiste en apoyo mutuo y en la mutua confianza, en la férrea amistad que une a dos personas, en compartir los buenos y los malos momentos que la vida trae ya al azar; por ello, menospreciar a quien tienes al lado, insultar porque un pequeño error o fallo -que no paraliza el mundo, por supuesto- se ha producido y todo eso es un tipo de maltrato que no vemos tan fácilmente. Fuimos muchos los que dijimos hace años que muchos empezaban maltratando animales y luego daban el paso a maltratar al de al lado; por suerte, el Código Penal puso orden.
 
Pero insisto, me preocupa la violencia de género entre adolescentes porque creo que hemos educado a la gente en valores democráticos y algo debemos estar haciendo mal cuando la mentalidad de muchos quinceañeros vuelve a ser la misma del feudalismo, por escribir algo. Eres una mierda, Eres una puta, Eres una guarra, Eres una torpe -con sus variantes- dicho ante lo que una joven piensa, o viste, o dice, o sonríe, o baila o canta... es pura violencia. Alguna de esas frases se ha producido cuando un chico ha visto que una chica llevaba leggings, por seguir poniendo casos. Alguien me decía hoy mismo que hay que separar los celos de la violencia, pero es que los celos, además de ser otro problema de carácter psíquico, es uno de los ingredientes básicos de la violencia de género. En todo ello, además, los profesores tenemos mucho trabajo y los poderes públicos mucho más que conmemorar un día concreto: hay que trabajar todos los días. Omito por no extenderme que hay violencia al revés y que es lo mismo: la mujer que maltrata al hombre. Tolerancia cero.

25 de noviembre de 2013

"Silencios"


Entre tu silencio y mi silencio no existe más que la inconsecuente razón de no poder conocernos del modo en que la vida nos dijo que lo hiciéramos.

22 de noviembre de 2013

Más JFK


Tomar decisiones a favor de la mayoría es complicado; hablar claro cuando la gente lo necesita es complejo; tener un proyecto en mente y requerir la concurrencia de la mayoría es arriesgado; plantar cara a los intereses de la inmensa minoría para favorecer a la inmensa mayoría era y es un precio que hay que pagar. Lo que sí sé es que el protagonista más destacado de la segunda mitad del XX en los Estados Unidos y la relevancia de su política para Occidente lleva hoy cincuenta años muerto y, creo, casi todos nosotros tenemos claro el por qué y quién... Yo, por ejemplo, estoy leyendo ahora en inglés sus discursos; vale la pena, por ejemplo, detenerse en el Discurso inaugural, pero también el de Berlín; vale la pena, insisto, recordar aquel "no te preguntes qué pueden hacer los Estados Unidos por ti, sino qué puedes hacer tú por los Estados Unidos". Hoy nadie, absolutamente nadie en política, es capaz de tener clara la concepción de sociedad: en España, creo que sólo Suárez fue capaz de aglutinar una ilusión parecida. Ahora bien, su legado está inmaculado y sus discursos y el empuje de su política no los puede borrar la Historia. Bien distinto a nuestros días, cuando priman los intereses de unos pocos para perjudicar a la inmensa mayoría; cuando se dan los discurso tras la pantalla (a aquel, ya saben, le pegaron varios tiros a coche descubierto) o cuando gestionar una ciudad se hace imposible si no eres capaz de levantar un teléfono... La gente tiene por costumbre, insisto, en decir que todos son iguales, que todos son lo mismo, que todos hacen exactamente igual. No es lo mismo ir a Berlín a decirles en perfecto alemán que tú también eres un berlinés y que el Muro, el telón de acero es una ignominia, que ir a Berlín a recibir la consigna de recortar en Educación o en Sanidad. Ni es lo mismo ni son lo mismo ni es igual. Ojalá hubiera, de nuevo, otro JFK.

21 de noviembre de 2013

"Que habite tu olvido"


Días inciertos y espesos de noviembre; Melissa dice que si ella va a La Mancha (por ejemplo) se muere del frío y tú le respondes que no hace falta, que para eso vuelves tú y así tienes la suerte de reír mucho con ella y de volver a charlar con Flor, que ayer te sorprendió y hoy, de nuevo, con lo que ella escribe. En estos días inciertos, te dices, en que parece que todo es inestable, en que tu ser social se enerva porque quieres acción, frente a ti un bosque espeso... El recuerdo de otros tiempos en una conversación de café, durante una mañana muy fría en la que cierras proyectos: al fin y al cabo, tú, eres parte de ese océano de granos de arena o de gotas de agua que conforman bien el desierto o bien el mar... Solo un milagro en que no crees puede zanjar viejas o nuevas heridas mal restañadas: no basta con ser, hay que hacer... Eso te quedó grabado el otro día, a sangre y fuego, después de esos cientos de recados que se inquietan por ti o por la vida... Tú no eres tú y a la gente le gusta tu sonrisa, tu ingenio para decir la idiotez más absurda en el momento más trágico, la capacidad de acción cuando el mundo cierra el pulmón y tú le insuflas el aire que necesita. Ya lo conoces, es la misma historia de la misma rueda que gira: que viene y va. Pero... ¡ese bosque! Detrás de la espesura del bosque hay mundo y tierra y gente y horizonte y oportunidad... lo que hablabas ayer en clase de inglés. También están otras tierras, qué más da si son las Canarias o Extremadura o Madrid o Canadá o, simplemente, un viñedo de La Mancha (los States siguen siendo tierra de promisión, pero también la última bala que has de disparar en la vida). Las conversaciones se ciernen sobre ti y en esas soledades que os invaden; la gente dice y habla y calla y ríe y... te (os) necesita: hay quien por no decir, no dice que te ama. Digo yo. Pero el título que tu pondrías a ese poema que escribes (mientras Hevia zumba Busindre Reel) se titularía Que me habite tu olvido. Y entonces se abre La Cabalgata de las Walkirias de Wagner, a lo grande... y te entran ganas inmensas de invadir algo, quizás una vida.

19 de noviembre de 2013

"Ladera abajo"


Se cierne la noche, pones la televisión (a la hora en que los whatsaap arden) y decides que, por ese día ya está bien de trabajo, de tensión y de pensar en cosas nocivas (así las llaman, porque las genera el ambiente, o la lluvia aguanevosa esa que cae o porque algún post-it de tu mesa te lo recuerda). Se anuncia una compañía de supermercados y se compara con una tradición inglesa, según la cual la gente se tira ladera abajo persiguiendo un queso (sí, sí; semejante absurdez surrealista) y, como los del whatsaap están por averiguar si lo que has escrito es autobiográfico o no; o en si la serie empieza a no sé qué hora; o en a ver cuándo vas a Madrid o a Canarias o Etruria...; o el largo lamento de pobrecita de mí que tengo tanto que estudiar... (podrías seguir). Tú, por cambiar la sicología, va y preguntas en general: "Yo que me lo creo todo, ¿será cierto que en Inglaterra se tiran cerro abajo en el barro persiguiendo un queso?" Tu hermana se parte; Víctor seguro que está pensando que has perdido la cabeza; otro alguien del lugar en que vives dice que es buena idea para copiarla para la próxima Feria; alguien, ahora de otro lugar distinto, dice que, puestos, seguro que es cierto; otro alguien, de otro sitio también distante, dice que puede que sea cierto, porque en Inglaterra son tan tontos como... (aquí debes sustituir los puntos suspensivos por los habitantes del pueblo o ciudad rival, del equipo de futbol o baloncesto contrincante, o del partido o coalición electoral de ideología contraria...). Entonces te dices: "pues mira, va a terminar bien el día". Hasta que Elena (pongamos que se llama así) rompe el misterio diciendo: "pues es verdad, porque me lo contaron una vez en clase; en mi libro de inglés venía". Y te quedas diciendo que en el mundo puede pasar cualquier cosa...

18 de noviembre de 2013

"Su oscura indiferencia"


Dicen que tú ves en la calle y que tú escribes de la vida lo que los demás no quieren ver; algo de razón deben llevar cuando entre ellos no se conocen. Lo que tú cuentas es lo que a todos nos ocurre y, políticamente correctos, nos callamos: tratamos de ser lo más perfectos posible. ¿O no? Que no se note, que no se te vea... Se te ocurre que te fijas un día en esa persona; seamos sinceros, te atrae esa persona. De repente, tú te interesas por todo lo que le concierne: intereses, gustos, especialidades... todo; te desbordas. Hasta recuerdas de memoria el día de su cumpleaños y sólo has oído que lo ha dicho una vez. Piensas que, sin esa persona, este mundo y el tuyo no tendrían ya sentido. Todo lo fías a sentirte capaz de empezar a concebir un mundo dentro del cual esa persona sea indispensable. A veces, quizás, eso le resulte a la gente y hasta le salga bien... Pero, de pronto, un instante, un flash (eso que los jodidos sicólogos llaman razón) y empiezas a caer en la cuenta: jamás un mensaje de ánimo ni de aliento, espontáneamente; se olvidó (digámoslo así) de ese examen tuyo tan importante, o del día de tu Santo, o del de tu cumpleaños; si eres tú quien escribe, tarda siglos en responder...; jamás te ha pedido un café, o hablar por hablar, que no hace daño; jamás le ha hablado de ti a otros como sí lo has hecho tú a la inversa; jamás se ha abierto a contarte cosas como tú si lo has hecho... empiezas a caer en la cuenta, empiezas a ver que lo que tú has visto únicamente es Literatura, de la buena aceptado, pero al fin y al cabo puro teatro. La oscura indiferencia se cierne sobre ti y crees que el suelo se rasga bajo tus pies. Ahí es cuando, un día, tras escuchar una canción, recuerdas lo que te decía el viejo aquel que no te conocía de nada: "¡Pues no eres tú mucho pollo para tan poco arroz!". Y es que esta jodida vida tiene un adobo de oscura indiferencia que jode, vale, pero que no mata.

12 de noviembre de 2013

"Lo que se fue y tú olvidaste"


Hace diez años -un suponer-, tú no eras como eres hoy ni estabas en este instante ni en este sitio ni esta expectativa... En todo ese tiempo -un suponer- que tú has vivido, la inercia de las cosas ha girado tanto como que hay cosas que ya se fueron y que tú olvidaste (Una vez te dijeron que el tiempo y el olvido son la mejor medicina para todo).  Ni siquiera el Facebook ese es capaz de recuperar tu olvido, por mucho que otros muchos crean. Está claro que tú olvidaste a mucha gente, perdiste algunas partidas, dejaste besos sin dar en mitad del camino; hubo cosas que hiciste de las que no te sientes bien y otras que siempre te harán dudar de si tú hubieras sido de otro modo. ¿Y sabes qué? Que por mucho tiempo que haya transcurrido con su tonelada de piedras en el camino y todo cuanto (con)forma tu vida, tampoco ha sido tan malo ni debes arrepentirte... porque hasta lo que sabes lo aprendiste de todo aquello -del ruido y la furia; los humos y las llamas; los besos y los llantos; los libros y las horas- y es que allí donde tú estés, alguien más va a sonreír. Sin miedo del miedo mismo, quizás de la crisis salga algo bueno; y de tu crisis (y las de otros), salgan horizontes nuevos. Total, es como una lotería, pero con sonrisa de mujer.

11 de noviembre de 2013

"Volver, por la puerta de atrás..."


Para Mel
 
Esta misma mañana fría de noviembre, esa muchacha tan hermosa, sonriente y divertida que es la canaria Melissa D. Siverio ha planteado eso que muchas veces te ha atenazado: ¿qué harías si esa persona que un día jugó contigo, o se rió de ti, o no te miró a los ojos... volviese para pedirte ayuda? Sabes que lo que hay detrás del tinglado es complejo: la vida da muchas vueltas, pero cada una de ellas es tan jodida como la anterior, salvo que tú le pongas ese gancho que hay que ponerle y le eches... Si esa persona volviese es, sencillamente, porque está jodida; porque su planteamiento y su plan de vida ha sido un rotundo fracaso y debe ser una cabronada tener que bajar la cabeza, mirar al suelo, balbucear y... lanzarse a pedirte ayuda sabiendo que detrás está aquel momento en que quien lo pasó mal fuiste tú. Hay personas que no miran a los ojos; hay personas herméticas; hay personas traicioneras; hay hasta personas con doble vida y hay personas que para sobrevivir son capaces de comerse su orgullo, las palabras que un día dijeron sabiendo envenenadas y hasta la soberbia que preside su conducta diaria. Lo sé y estoy seguro que también Melissa lo sabe. ¿Y qué harías tú? Hace siglos que tú miras a los ojos; hace tiempo que tú afrontas la realidad por cabrona que sea; hace tiempo que decidiste dormir tranquilo... Ayudarías y pedirías que treinta segundos después desapareciese esa persona, para siempre de tu vista, con el diablo si hace falta... Acuérdate, si te engañan una vez, la culpa es de quien te engaña; si lo hacen dos, la culpa es tuya.

7 de noviembre de 2013

Los imparciales, vencidos...


Me sorprende, al hilo del cierre de una televisión autonómica, que en las tertulias de otros canales hablen de la parcialidad informativa de los políticos a través de algunos medios (léase, esencialmente, esos cotos particulares que son las televisiones autonómicas). ¿Alguien conoce a algún político de hoy que sea imparcial? Yo no y he conocido a unos cuantos de todas las ideologías que existen en España; por definición, nadie oirá a un político reconocer que él o su partido han hecho algo mal. Lo verdaderamente peligroso para la democracia y para el artículo 20 de la Constitución de 1978 son esos 'profesionales' que, tras pasar unos años por la Facultad de Ciencias de la Información, son en sus medios meros portavoces del gobierno de turno. Así nos ha ido. A ver, dos ejemplos: en determinada región han puesto de director general de la televisión autonómica a un señor que no sabe situar en el mapa la región que debe reflejar en su medio; más aún, llegó prometiendo un cambio ("menos toros y menos pelis del Oeste") y, efectivamente, ese cambio ha sido cuantitativo: todas las tardes toros y, si se tercia, porque da tiempo, a John Wayne pegando tiros. Claro está que en los informativos la percepción de su realidad es, cuanto menos, vanguardista. No voy a poner ejemplo de esto último, ya que como dicen en esa tierra -que yo sí conozco bien- ¿pa qué? Otrosí, el señor director de un medio nacional, que para defender la oportunidad de su medio lo sitúa concretamente en una ideología fija, en una confesión religiosa concreta y en un régimen de Estado puntual. El primer día de Facultad enseñan (o enseñaban, no sé ahora mismo) que la información debe ser veraz, inmediata e... imparcial. Los filólogos tenemos una relación con el periodismo algo así como la de alguien con su amante (es tu pareja sin serlo exactamente) y en su día don Fernando Lázaro Carreter, nada menos, daba clase de Lengua Española en la Facultad de Ciencias de la Comunicación y en la Escuela Oficial de Periodismo, lo cual ha desaparecido por decisión política y de ahí esas aberraciones que se leen hasta en los indicadores de la televisión: hace poco vi en un canal nacional un mapa de España en que se leía Estremadura; sí, sí, que la x es muy pornográfica, pensarían.  

6 de noviembre de 2013

"Despedirse de ti"


Amanece el día y necesitas despedirte; hay algo dentro de ti que te bloquea: pensaste, como siempre has pensado, que la realidad y el deseo eran una misma cosa y la (esta) realidad, como dijo el filósofo, es la única verdad. Demasiado bueno para ellos... Antes, recuerdas, la gente se despedía --intentaba asirse al último clavo ardiendo-- con largas cartas, con una llamada, incluso con un sms (así te ibas, cortabas con alguien, decías adiós, good bye...). Ese sueño tan nervioso que has tenido hoy (por ejemplo), que te ha hecho despertar varias veces, que te oprime dentro ("despídete" se repetía, así como en la sien...). Te levantas, bebes agua a morro desde la botella misma (viejas costumbres de cuando en el cole había que beber, a morro, en el grifo) y miras por tu ventana: la calle fría, desierta, oscurecida; te recuerda tu propio interior cuando piensas en eso, en esa, en aquello, en aquella... y te dices "me despido de ti"; sólo que tú eres así como un poco capullo y en lugar de despedirte, desapareces del mapa y envías un terrible silencio... Al fin y al cabo, es una manera como otra de despedirse.

4 de noviembre de 2013

"Tener dignidad"


Ahora, los españoles que tanto quiero lo están pasando mal; ahora que no me tienen a mí, porque la bruma del recuerdo hace que no sea consciente de que un día fui el español más importante del siglo XX; ahora es cuando ellos se sienten mal, porque creen que todos  los políticos son iguales y no será siempre así. Ahí me ven, ahora no recuerdo en qué pensaba ese instante de aquel 23-F en que pudimos haber vuelto a lo mismo de siempre; más de lo mismo... Me fui para evitarlo y al final tuve que plantarle cara en tiempo real (como se dice hoy). Lo que sí tuve claro fueron dos cosas: que el presidente del Gobierno debe revestirse de la dignidad que le dan las urnas, hay que dar la cara...; luego, según iban transcurriendo las horas, me dije a mí mismo que la primera página de todos los diarios del mundo no podían recoger que el presidente se había tirado al suelo y había muerto de un tiro por la espalda, cobardemente; preferí que dijeran que el presidente había muerto dignamente en su puesto, con la cabeza bien alta y bien digna la conciencia. Paco dice que él tenía cuatro años aquella larga noche y que el Renault 4 de sus padres (con él detrás) lo paró la Guardia Civil en un cruce de caminos en mitad de la provincia de Albacete... La Región Militar de Milans del Bosch estaba sublevada en... 1981.  En eso también podemos estar orgullosos: una benemérita bien digna, formada y democrática. Por eso no hay que tirar la toalla: ni todos somos iguales ni está el futuro escrito ni perdido.

2 de noviembre de 2013

"La suerte de equivocarse"


"¡Que te crees que eres tú solo!", dijo la sabia voz del anciano. Se refería a las veces que tú y otros os equivocáis al elegir, al tantear, incluso al creer que... Es obvio, si se es humano, uno se equivoca: "hasta esos que van de soberbios (o soberbias) creyéndose los reyes del mambo; hasta esos caen, nene", añadió mientras lanzaba sobre la losa del mostrador del tabernucho un euro moreno de tanto roce de manos, en pago por su café. Quedamente se puso la gorra, anduvo hasta la puerta, descolgó del perchero su garrote, se volvió para decir adiós y entonces a modo de sentencia te dijo: "tú tranquilo, esa no es pa'ti; eres tú mucho pollo para tan poco arroz". Hizo una señal con la mano y salió de allí, con sus ochenta años de sabiduría.

1 de noviembre de 2013

El desorden de los nombres


Para Elena, que hoy necesita mimos...

Una vez alguien piropeó a la excelente poeta Yolanda Castaño diciendo que no en vano su nombre empieza por yo y su yo poético es excelente, algo con lo que estoy totalmente de acuerdo. También es verdad que Sabina (ahí la tienen con su serena belleza, en la fotografía que ilustra este post) me da pie a irme con ella un sábado (sa- de saturday) de marcha por su Praga tan admirada por mí. Elena empieza por él (o su variante ella), luego lo dice todo, la totalidad de la amistad o de la intensidad de una relación, por ejemplo: todos decimos 'él' o 'ella' para omitir el nombre propio de quien amamos o nos gusta o quien comparte su vida con nosotros. Noemi, además, empieza por no, o sea, negación de entrada... Las cosas son así. Esther (estoy pensando en una de mis mejores amigas) es, lo es, la totalidad de serlo como amiga. Víctor, por añadir algún masculino, es la victoria y quien lo conozca no dudará. Mamen, me paro a pensar, tiene instinto de madre (ma- de madre) aunque sea de eso que hoy día se dice de tu mascota; o Inma, con esa preposición inglesa (in) que denota lo que está de moda: bien es cierto que no conozco a nadie cuyo nombre empiece por out, justo lo contrario. Mila representa la milésima (mil-), recurso indudable para alguien que, como ella, se dedica a la restauración. Belén (que esto lee y empieza por bel-) no deja de ser una adolescente hermosa escritora... Y... finalmente, Francisco: ese inicio para algunos con fra- de fracaso o fra- de fraternidad, ustedes elijan.